La estimulación musical temprana es un enfoque educativo que busca promover el desarrollo integral de los niños desde una edad muy temprana a través de experiencias musicales.
Esta práctica involucra la exposición a diferentes tipos de música, el juego con instrumentos musicales adecuados para su edad, el canto, el movimiento y actividades que fomentan la creatividad y la expresión.
El objetivo es estimular habilidades cognitivas, emocionales, sociales y motoras mientras se desarrolla una apreciación y comprensión básica de la música.
La estimulación musical temprana se considera beneficiosa para el desarrollo del lenguaje, la coordinación, la atención y la autoestima en los niños, y puede sentar las bases para un mayor interés y participación en la música a lo largo de sus vidas.
Parte esencial de ella es la estimulación auditiva la cual puede considerarse pueda iniciarse desde que el bebé está en gestación.
Al nacer, el bebé estará inmerso en un mundo sonoro, el de su entorno, así como el resultante de los sonidos que él mismo irá produciendo.
El sentido del oído ha entrado en acción, buen momento será ahora para que la estimulación auditiva pase al repertorio de las acciones que los padres y cuidadores hayan de realizar.
La gestación y el primer año de vida son la preparación para que las primeras palabras empiecen a aparecer, de tal modo que la nutrición que se le haya otorgado al oído del bebé, las oportunidades de escucha a las que se le haya expuesto mediante el habla del adulto, serán trascendentales para favorecer el desarrollo del habla.
El entorno es determinante al momento de lograr hablar, es por eso que resulta muy importante la forma en que el adulto se comunique o se haya comunicado con el bebé.
Para que esto suceda de manera óptima deberá considerarse que:
no sólo necesita que se hable en el ambiente del bebé, es imprescindible el contacto visual entre él y el adulto o cuidador, no basta entonces con que haya otros niños y/o adultos hablando alrededor de él.
La estimulación auditiva para el bebé deberá tener en consideración los pilares sobre los que el desarrollo del habla sea propicio.
Pilares fundamentales para el desarrollo del habla:
- Conexión afectiva: que la forma en qué se le hable al bebé sea de forma afectiva, debe existir un vínculo afectivo al momento que suceda la interacción entre el adulto y/o cuidador con el bebé o el niño.
- Conexión visual: la conexión afectiva debe ir unida a la conexión visual. Cuando se da en una situación colectiva, hay que atender cuánto tiempo se da la conexión directa y exclusiva con el niño, mirándole a los ojos.
- Cercanía física: Es importantísimo hacerlo con cercanía: mirándole a distancia cercana, lo ideal 30 cms. y así pueda recibir el feedback necesario.
- Coherencia: Los gestos que se realicen deben ser coherentes al lenguaje hablado: siempre nuestro lenguaje debe estar acompañado con gestos coherentes, no debemos dirigirnos al bebé o a los niños que están desarrollando el habla, con las manos o los brazos abajo o con las manos en los bolsillos. Los gestos deberán ir acompañados con movimientos coherentes a lo que se está expresando.
Busquemos siempre que el contenido de nuestras palabras se corresponda con la emoción adecuada, que siempre sea correspondiente a la palabra que estemos expresando, esto es fundamental para que la conexión se logre de manera óptima.
Importante: cuando nos dirijamos a todo niño que esté desarrollando el habla no hacerlo utilizando el doble sentido, la ironía, es vital ser coherentes en nuestra manera de hablar.
Un aspecto más para considerar son las vías o canales a través de los cuales el mensaje es enviado:
desde bebés será nutricio que reciban la palabra a través de cantarles, de realizar con ellos rimas y de contarles cuentos.
Si deseas más publicaciones o información para saber cómo poder estimular el habla en tus hijos, escríbeme, estaré encantada de apoyarte y ofrecerte recursos para ello.
Próximamente publicaré mi eBook en el que podrás encontrar recursos para estimular el habla en tus hijos.
