La mayoría de la información que interpretamos nos llega por el sentido de la vista y del oído, el resto de los sentidos se considera que son complementarios durante las primeras etapas de la vida.
Cuando uno de estos sentidos falla, es necesario reeducarlo e intervenir cuanto antes. De ahí la importantancia trabajar con los niños el sentido del oído desde que son bebés y ofrecerles la estimulación necesaria y oportuna.
El desarrollo de un niño en sus primeros años de vida es un proceso por demás fascinante y es crucial en su crecimiento. Durante este período, el cerebro se desarrolla a un ritmo sorprendente, creando conexiones neuronales que establecerán las bases para el aprendizaje y el desarrollo futuro.
El oído desempeña un papel fundamental en la comunicación, el lenguaje y el desarrollo cognitivo en general.
La estimulación auditiva temprana, es decir, la exposición consciente y positiva a sonidos y estímulos auditivos, juega un papel esencial en el desarrollo integral de los bebés y niños pequeños.
El cerebro del niño necesita estimulación sonora desde el primer día para diferenciar los sonidos y reconocer el habla.
Los niños con audición normal empiezan reconociendo la voz de sus padres y hermanos en casa.
Oír la voz de los padres no solo es importante para el desarrollo del habla sino también para que el niño se sienta seguro y cómodo en un mundo nuevo en el que un desarrollo saludable depende de la capacidad de sentir confianza y de que se atiende a las necesidades básicas, los niños también la reciben por el oído.
Conexión entre desarrollo auditivo y desarrollo del lenguaje:
Desde el momento en que nacen, su corteza prefrontal inmadura empieza a desarrollarse con tres cosas, luz, sonido y movimiento. Esas tres cosas son las que hacen que empiece a desarrollarse un complejo entramado de conexiones neuronales que harán que sus respuestas sean cada vez más elaboradas y su atención sea mayor.
Su sistema auditivo comienza a funcionar antes del nacimiento, y una vez que están en el mundo exterior, comienzan a procesar y distinguir diferentes sonidos de su entorno.
Los bebés son particularmente sensibles a la voz humana, y la estimulación auditiva temprana a través de la conversación y el contacto verbal directo es fundamental para el desarrollo del lenguaje.
Los cimientos del habla se colocan en una fase muy temprana de la vida. Los niños escuchan constantemente incluso antes de aprender a hablar. Durante esta fase, es importante que el niño disfrute de una exposición adecuada a los sonidos y al habla.
Durante los primeros 5 meses aprenden a distinguir los diferentes sonidos del flujo de habla en unidades independientes (discriminación fonética) y empiezan a balbucear.
Al final de la fase de balbuceo, el niño experimentará más con el uso de diferentes palabras. Empezará usando palabras independientes, seguidas por combinaciones de dos palabras y, más tarde, por frases, antes de conocer más de mil palabras a los 3 años.
Si un niño tiene pérdida auditiva, existe el riesgo de que se quede atrás en cuanto al desarrollo del habla. Por eso es tan importante una exposición adecuada al sonido y al habla.
La estimulación auditiva adecuada en forma de conversaciones, cuentos y canciones fomenta la adquisición del lenguaje, es muy importante ofrecérsela mirándole a los ojos, estando frente a la cara del bebé, haciendo contacto completamente con nuestros ojos y boca pues es de suma importancia para que el bebé realice la percepción completa del estímulo auditivo que se le esté ofreciendo.
Los bebés comienzan a reconocer patrones de sonidos y palabras, lo que eventualmente se convierte en la base para la producción de sonidos y el desarrollo del habla. La exposición constante a diferentes tonos, ritmos y patrones lingüísticos enriquece la comprensión auditiva y permite que los bebés diferencien entre diferentes sonidos y palabras.
Estimulación auditiva y desarrollo cognitivo
El desarrollo auditivo no solo está vinculado al lenguaje, sino también al desarrollo cognitivo en general. La exposición a una variedad de sonidos y estímulos auditivos enriquece la experiencia sensorial de un niño y estimula su curiosidad. Los sonidos ambientales, la música, los efectos sonoros y las interacciones verbales contribuyen a la formación de conexiones neuronales en el cerebro de un niño. Estas conexiones neuronales son esenciales para la función cognitiva, la memoria y el razonamiento.
La música, en particular, tiene un impacto notable en el desarrollo cerebral. Numerosos estudios han demostrado que la exposición a la música desde temprana edad puede mejorar las habilidades matemáticas y espaciales, así como promover la creatividad y la expresión emocional.
La música también tiene la capacidad única de activar múltiples áreas del cerebro al mismo tiempo, lo que fomenta un desarrollo cerebral integral.
Los idiomas también tienen un impacto importante en el desarrollo auditivo. De hecho, se tiene referencia de que en países como Portugal tienen la costumbre de ponerle al niño los dibujos en otro idioma como el inglés, porque está demostrado que con ello se agudiza el oído y su capacidad para aprender otros idiomas.
Fortalecimiento de las conexiones sociales y emocionales
La estimulación auditiva temprana no solo tiene beneficios cognitivos, sino que también juega un papel importante en el desarrollo social y emocional de un niño. Los bebés responden de manera natural a las voces humanas, y la interacción vocal temprana con los padres y cuidadores crea un vínculo emocional sólido. La comunicación verbal y las respuestas emocionales a través del habla ayudan al bebé a sentirse seguro y querido, estableciendo las bases para futuras relaciones y la regulación emocional.
Como tu hijo pasa la mayor parte de su infancia en casa, depende de tu estimulación constante. Todos los temas son buenos, lo importante es hablar.
Para estimular adecuadamente a tu bébé o a tu niño pequeño debes considerar tres hábitos básicos de la comunicación que son muy importantes y debes tener:
Procura que el niño pueda ver tu rostro
Si tu cara está bien iluminada, tu hijo podrá ver bien tus expresiones faciales y leer tus labios. Evita apoyar la cara en la mano u ocultarte detrás de un periódico cuando le hables.
Habla con claridad
Habla con claridad y a un ritmo normal. Recuerda que no necesitas gritar. Si tu hijo tiene dificultades para entender una frase, es mejor expresarla de otra manera en lugar de limitarte a repetirla.
Evita que haya ruido de fondo
Trata de evitar el ruido de fondo cuando hables. Apaga la televisión y cierra las ventanas. También puedes acercarte a tu hijo para que tu voz se escuche más alta, o buscar un lugar más tranquilo para hablar.
Cuanto más hables con tu hijo, más influirá en su éxito futuro al hablar, leer y escribir. Puedes decirle lo que estás haciendo o hablar sobre algo que los dos estén viendo.
Ofrecer estimulación auditiva a los bebés y a los niños pequeños integrándola en la vida cotidiana, en el hablar, cantar, contar cuentos, etc. es asegurar el óptimo desarrollo de su habla, de su lenguaje.
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